"Se trata contemplar el rostro de Jesús y sentir la ternura de su mirada, escuchar la invitación a ser el mejor de sus amigos, y responder con generosidad.

La Infancia Misionera ayuda de esta manera a padres y educadores a iniciar a los niños en el seguimiento de Jesús, para que vivan la alegría de ser protagonistas de una gran aventura: hacer de la vida un camino fascinante, junto con millones de niños de todo el mundo, colaborando con los misioneros en la tarea de hacer de esta tierra un mundo mejor.
Con nuestros niños, y con los misioneros, nosotros también queremos seguir a Jesús."
Desde hace más de 170 años, los niños de la Infancia Misionera han prestado ayuda a millones de niños de todo el mundo para su alimentación, su vestido y salud, para la protección de sus vidas y educación escolar y, sobre todo, para su nacimiento, crecimiento y maduración en la fe y vida cristiana.
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