miércoles, 26 de febrero de 2020

CUARESMA

Hoy, Miércoles de Ceniza, comenzamos la Cuaresma, un tiempo de conversión para prepararnos para la celebración del misterio pascual. 

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.


Mensaje del Papa Francisco para esta cuaresma:

«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20)

Queridos hermanos y hermanas:

El Señor nos vuelve a conceder este año un tiempo propicio para prepararnos a celebrar con el corazón renovado el gran Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana personal y comunitaria.

Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón. De hecho, este Misterio no deja de crecer en nosotros en la medida en que nos dejamos involucrar por su dinamismo espiritual y lo abrazamos, respondiendo de modo libre y generoso.

1. El Misterio pascual, fundamento de la conversión

La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo» (Exhort. ap. Christus vivit, 117).

Quien cree en este anuncio rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10).

En cambio, si preferimos escuchar la voz persuasiva del «padre de la mentira» (cf. Jn 8,45) corremos el riesgo de hundirnos en el abismo del sinsentido, experimentando el infierno ya aquí en la tierra, como lamentablemente nos testimonian muchos hechos dramáticos de la experiencia humana personal y colectiva.

Por eso, en esta Cuaresma 2020 quisiera dirigir a todos y cada uno de los cristianos lo que ya escribí a los jóvenes en la Exhortación apostólica Christus vivit: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez.

Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez» (n. 123).

La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren.

2. Urgencia de conversión

Es saludable contemplar más a fondo el Misterio pascual, por el que hemos recibido la misericordia de Dios. La experiencia de la misericordia, efectivamente, es posible sólo en un «cara a cara» con el Señor crucificado y resucitado «que me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Un diálogo de corazón a corazón, de amigo a amigo.

Por eso la oración es tan importante en el tiempo cuaresmal. Más que un deber, nos muestra la necesidad de corresponder al amor de Dios, que siempre nos precede y nos sostiene. De hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad.

Así pues, en este tiempo favorable, dejémonos guiar como Israel en el desierto (cf. Os 2,16), a fin de poder escuchar finalmente la voz de nuestro Esposo, para que resuene en nosotros con mayor profundidad y disponibilidad.

Cuanto más nos dejemos fascinar por su Palabra, más lograremos experimentar su misericordia gratuita hacia nosotros. No dejemos pasar en vano este tiempo de gracia, con la ilusión presuntuosa de que somos nosotros los que decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión a Él.

3. La apasionada voluntad de Dios de dialogar con sus hijos

El hecho de que el Señor nos ofrezca una vez más un tiempo favorable para nuestra conversión nunca debemos darlo por supuesto. Esta nueva oportunidad debería suscitar en nosotros un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra.

A pesar de la presencia —a veces dramática— del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros.

En Jesús crucificado, a quien «Dios hizo pecado en favor nuestro» (2 Co 5,21), ha llegado esta voluntad hasta el punto de hacer recaer sobre su Hijo todos nuestros pecados, hasta “poner a Dios contra Dios”, como dijo el papa Benedicto XVI (cf. Enc. Deus caritas est, 12). En efecto, Dios ama también a sus enemigos (cf. Mt 5,43-48).

El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo, no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir o en oír la última novedad» (Hch 17,21).

Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse también en un uso engañoso de los medios de comunicación.

4. Una riqueza para compartir, no para acumular sólo para sí mismo

Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría.

Hoy sigue siendo importante recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo.

Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo. Podemos y debemos ir incluso más allá, considerando las dimensiones estructurales de la economía.

Por este motivo, en la Cuaresma de 2020, del 26 al 28 de marzo, he convocado en Asís a los jóvenes economistas, empresarios y change-makers, con el objetivo de contribuir a diseñar una economía más justa e inclusiva que la actual. Como ha repetido muchas veces el magisterio de la Iglesia, la política es una forma eminente de caridad (cf. Pío XI, Discurso a la FUCI, 18 diciembre 1927). También lo será el ocuparse de la economía con este mismo espíritu evangélico, que es el espíritu de las Bienaventuranzas

Invoco la intercesión de la Bienaventurada Virgen María sobre la próxima Cuaresma, para que escuchemos el llamado a dejarnos reconciliar con Dios, fijemos la mirada del corazón en el Misterio pascual y nos convirtamos a un diálogo abierto y sincero con el Señor. De este modo podremos ser lo que Cristo dice de sus discípulos: sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-14).

FRANCISCO

Roma, junto a San Juan de Letrán, 7 de octubre de 2019

Memoria de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario

lunes, 17 de febrero de 2020

Mesa redonda “Los Secretos de un paso de palio”

La Capilla de la Virgen de la Esperanza de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) acogió en la tarde del sábado la celebración de la mesa redonda “Los Secretos de un paso de palio”, organizada en el marco del décimo aniversario de la fundación del Grupo Joven de la Hermandad. La mesa redonda contó con la participación como ponentes de Jesús Segura, prioste de la Hermandad del Prendimiento de Ciudad Real, de David Muñoz, conocido costalero y miembro del equipo de los pasos de palio de la Virgen de la Candelaria y de las Angustias Coronada de los Gitanos de Sevilla, y de José Miguel Gallardo, capataz de estos dos pasos de palio.

El costalero local Diego Fernández se encargó de presentar a los ponentes y actuó como moderador de un acto que tuvo una buena acogida entre el público. Durante la tertulia, hubo tiempo para que los intervinientes recordaran sus inicios como costaleros, muy ligados al paso del Señor de la Salud de la Cofradía de la Candelaria de Sevilla en los casos de David Muñoz y José Miguel Gallardo, y al paso del Nazareno de San Pedro en el caso de Jesús Segura, pero también para analizar la transición de la época de los costaleros profesionales hasta las cuadrillas de hermanos costaleros, para resaltar la importancia de actos como las igualás, y para remarcar la responsabilidad que supone comandar un paso como capataz. “Cuando la Hermandad pone en tus manos su bien más preciado, hay que ser conscientes de la responsabilidad que se asume” explicó el capataz de la Virgen de la Candelaria y de las Angustias Coronada.

Tanto David Muñoz como José Miguel Gallardo destacaron cómo han cambiado las cosas desde que ellos comenzaron como costaleros, cuando no había dificultades de entrar en ninguna cuadrilla. Sin embargo, ahora hay un “exceso de costaleros” señaló Gallardo, que también se pronunció sobre temas como la forma de andar del paso de la Candelaria de Sevilla o la manera de proceder de un capataz en los casos de lluvia. Todo ello acompañado de anécdotas y experiencias que hicieron el acto mucho más ameno para el público.

Al término de la mesa redonda, los tres ponentes se mostraron “contentos” del transcurso del acto y quisieron dar las gracias a la Hermandad de la Esperanza por el trato recibido. “La gente manchega es excepcional, siempre nos atienden con mucho cariño” señaló José Miguel Gallardo, que además tuvo buenas palabras para la imagen titular. “La Virgen es preciosa, nos han contado que Luis Álvarez Duarte fue quien la restauró y la verdad es que se nota su mano” explicó Gallardo en referencia al imaginero sevillano fallecido en el mes de septiembre del pasado año. Tampoco quisieron pasar por alto el buen trabajo de la Hermandad. “Hemos visto las trabajaderas y la idiosincrasia de la Hermandad y me llevo una satisfacción grande porque creo que están haciendo un buen trabajo. Llevan una línea muy definida y están ascendiendo” señaló David Muñoz.

Por su parte, el presidente del Grupo Joven de la Hermandad, Cándido Román, se mostró satisfecho con la acogida del acto y remarcó su disposición a continuar trabajando para “potenciar este tipo de actos en la localidad”.


Finalmente, Valentín Mora, hermano mayor de la Hermandad de María Santísima de la Esperanza y Jesús en el Descendimiento hizo entrega de un cuadro con la imagen de la titular a los ponentes para después poner el broche al acto con el rezo de un Padre Nuestro ante la imagen de Jesús Orando en el Huerto, que preside la capilla.

Fuente: diario de pasion
https://www.diariodepasion.net/noticias/castilla-la-mancha/ciudad-real/la-esperanza-de-villarrubia-celebro-su-mesa-redonda-sobre-los-secretos-de-un-paso-de-palio/








lunes, 10 de febrero de 2020

MESA REDONDA "LOS SECRETOS DE UN PASO DE PALIO"

El próximo sábado 15 de febrero a las 18 horas,  tendrá lugar la mesa redonda "Los secretos de un paso de palio: costal y priostía”. Organizado por el Grupo Joven Ntra. Sra. de la Esperanza con motivo de su X aniversario. 

Los ponentes serán D. José Miguel Gallardo Espinosa y David Muñoz "el Mosca", capataz y equipo de las Hermandades de la Candelaria y del palio de las Angustias Coronada de los Gitanos de Sevilla; y D. Jesús Segura Ponce, prioste de la Hermandad del Prendimiento de Ciudad Real. 

domingo, 2 de febrero de 2020

FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, donde se realiza el encuentro con Simeón y Ana, que se entiende como el encuentro del Señor con su pueblo, y además se realiza la purificación ritual de la Virgen María.

En esa época cuando nacía el primogénito era llevado a los cuarenta días al Templo para su presentación, así como lo describe la Ley de Moisés, por eso desde el 25 de diciembre que se celebra el nacimiento del Verbo encarnado al 2 de febrero, José y María cumplieron con llevarlo a consagrar.

Al llegar al Templo, se encuentran con Simeón, a quien el Espíritu Santo prometió que no moriría sin antes ver al Salvador del mundo, y fue el mismo Espíritu quien le dijo al profeta que ese pequeño niño era el Redentor y Salvador de la humanidad.

También en este día se encontraba en el Templo la hija de Fanuel de la Tribu de Aser, de nombre Ana, de edad muy avanzada; Ana enviudó a los 7 años de haberse casado y permaneció así hasta los 84 años, y paraba día y noche en el Templo sirviendo a Dios y ofrecía ayunos y oraciones. Ana al ver al niño alababa a  Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.